Por: Pablo J. Gutiérrez F. III, CPCU.
Imaginemos que cada uno de nosotros tiene una semilla especial: la semilla de la prosperidad. Si la plantamos hoy, y somos consistentes con su cuidado, la misma crecerá y brindará frutos abundantes. Si la dejamos olvidada en un cajón, esa semilla nunca llegará a convertirse en nada.
La educación financiera es como aprender a cuidar esa semilla. No se trata de conceptos complejos ni mágicos, sino de entender cómo manejar nuestro dinero de forma inteligente. Es saber cuánto y como ahorrar, en qué gastar el dinero, y cómo hacer para que nuestros ingresos trabajen a nuestro favor. Piensa que es como tener un mapa que nos guía hacia nuestras metas financieras.
El ahorro, por su parte, es el hábito de guardar una parte de nuestros ingresos para más adelante. No significa dejar de disfrutar el ahora, sino planificarnos bien para poder alcanzar objetivos y sueños más grandes. Es como regar y nutrir la semilla de la prosperidad de manera consistente y con propósito, para que crezca fuerte y saludable.
Mirando hacia el futuro, y entendiendo la importancia de la educación financiera y el ahorro, vemos como ahora, más que nunca, estos son necesarios para poder tener jubilaciones realmente dignas y sostenibles para todos. El momento es oportuno para que, en el marco de las conversaciones que se están dando sobre la Caja del Seguro Social y nuestro sistema de pensiones, alcemos nuestras voces y le digamos al gobierno – tanto al Presidente como a los Diputados – que la educación financiera debe ser uno de los pilares para el desarrollo sostenible del país, y que queremos y lucharemos por que se promueva e incentive el ahorro, para que este sea la base de nuestras jubilaciones.
No olvidemos que, cuando todos manejamos nuestras finanzas personales de una manera prudente, contribuimos a la estabilidad económica del país. Un pueblo que ahorra y toma decisiones financieras informadas fortalece la economía nacional y promueve un futuro más sostenible y próspero para todos.
¿Por qué pasa esto? Porque, por un lado, los ahorros son invertidos principalmente en nuestro país. Esto se convierte en un círculo virtuoso donde el dinero se utiliza para tener mejores hospitales y escuelas, carreteras y autopistas en buen estado; en fin, en mejor infraestructura pública que brinda réditos sociales. Y, por otro lado, previene que las personas dependan, total o parcialmente, de pensiones que paga el gobierno; es decir, de pensiones que se pagan con los impuestos que todos pagamos. Por ende, ayuda a liberar dinero de los impuestos para invertir en educación y salud, haciendo que el círculo virtuoso tengo un mayor impacto.
Queda claro, entonces, que la educación financiera y el ahorro son herramientas clave para cultivar un futuro próspero para todos en nuestro Panamá. No es necesario ser expertos en finanzas, solo con decisiones conscientes y hábitos saludables podemos asegurar dignidad en nuestro día a día y en nuestras futuras jubilaciones, contribuyendo al bienestar de nuestro país.
Desde la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE) seguiremos apoyando a la Estrategia Nacional de Educación Financiera (ENEF), que lidera la Superintendencia de Bancos de Panamá con la campaña de Tu Balboa Con Sentido, para que la educación financiera llegue a todos. Por ello, les invitamos a que sigan las cuentas de Tu Balboa Con Sentido en redes sociales, y visiten el sitio web tubalboaconsentido.gob.pa, donde encontrarán valiosísimos cursos de finanzas personales y material que nos ayudarán a todos a mejorar nuestras finanzas. Con esto esperamos que, en cada rincón de nuestro Panamá, se pueda sembrar la semilla de la prosperidad. Plantémosla hoy y dediquémonos a cuidarla; Panamá nos lo agradecerá.
